- Área: 223 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Hwang Hyochel, JYA-RCHITECTS
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Centro Infantil Sannaedeul era el lugar más preciado para los niños de familias con bajos ingresos en Maryang, un pequeño pueblo costero situado en el extremo sureste de la península coreana. Era el único parque infantil, lugar de aprendizaje y refugio para los niños. El centro funciona como un segundo hogar.
Sin embargo, los sueños parecían haber terminado cuando un devastador huracán impactó el pueblo el verano de 2012. El centro fue destruido totalmente. A pesar de esto, los niños llegaban al sitio todos los días después del colegio y jugaban en las ruinas de lo que alguna vez fue un hogar para ellos.
Afortunadamente, la noticia fue escuchada por una importante emisión de Corea "SBS" y "Corea ChildFund" que accedieron a patrocinar, poniendo en marcha el proyecto de reconstrucción del centro. Muchas otras empresas públicas y privadas también se unieron al proyecto, dando un impulso a construir el sueño de los niños de nuevo.
La clave para el diseño fue encontrado entre las imágenes de un nuevo centro dibujado por los propios niños. La estrategia ha de ser clara. Se trataba de crear diferentes y abundantes espacios, repitiendo y transformando un espacio simple con "forma de casa" sugerido en los dibujos de los niños. El programa tenía que caber en el volumen, por lo tanto los espacios debían estar conectados y divididos entre sí según las necesidades.
Como resultado, el centro puede tener un techo dinámico en forma de casa por las formas antes mencionadas. La forma del techo ha creado abundantes expresiones interiores y diversos espacios exteriores al mismo tiempo. Para estimular aún más la imaginación de los niños, se instalan instrumentos en forma de pez y equipos de luces azules en el techo, dando la imagen de los peces al nadar.
El centro debía tener luminosos y cálidos interiores consiguiendo suficiente iluminación natural de la costa a través de amplios ventanales. La sala polivalente de la planta baja se amplió para abrirse al aire libre. La sala de estudio en la segunda planta se conectó a una terraza con en la que los niños pueden jugar, mirando por encima de las vistas al mar. Teníamos la esperanza de que no existiera una frontera entre el espacio interior y exterior, así como también al jugar y estudiar.